domingo, noviembre 28, 2010

Tesoros muy valiosos

Creo haber agotado mi cerebro después de este año de estudio y también haber realizado esta pequeña y muy sencilla exégesis, entre las tantas cosas realizadas. Pero prometo ampliarla a medida que pase el tiempo (si es que mi cerebro no se terminó de agotar), y logre ensanchar mis conocimientos acerca del tema.

Pero para cerrar esta etapa quiero que me permitan unas palabras de reflexión e incentivo a estudiar y profundizar mucho más en el estudio de la Palabra de Dios. Es realmente maravilloso el hecho de tener tantas riquezas en un libro que fue inspirado por Dios y que cada vez que nos sentamos a estudiarlo podemos aprender grandes cosas. Porque “toda la escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, reprender, enmendar e instruir en justicia; a fin de que el hombre de Dios sea enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16).

Del tema elegido no hubiera sacado alguna enseñanza si no le hubiera dedicado tiempo para analizarlo. Es por ello amigos, que los invito a profundizar en el estudio de la Biblia para de esta manera, no sólo tener un amplio conocimiento en ella, sino, además, poder conocer la voluntad de Dios y llevarla a la práctica, para de esta manera hacer conocer el evangelio hermoso que tenemos en nuestras manos.

Este relato me enseño cosas que antes no le había prestado mucha atención. Una de ellas es que el Señor cuando nos llama requiere lo mejor de nosotros y por sobre todo que estemos a cuenta con él. Para la época de Moisés el tema de la circuncisión era algo muy sagrado, era una promesa para con Dios y no debían pasarla por alto. Todo aquel que no se circuncidaba no podía pertenecer al pueblo hebreo y participar de las bendiciones de los Alto. Pero todo ello no implicaba caprichos de un Dios que sólo requería obediencia, sino, él pensaba en el hombre y como podría derramar su bendición sobre ellos.

Lo mismo sucede hoy en día con nosotros. En un mundo que cada vez toma menos enserio su responsabilidad ante Dios y las tinieblas del mal son de más espesas, él nos llama a ser “luz del mundo”, canales de vida para vida, instrumentos en sus manos. Somos “embajadores del reino” y “coherederos con Cristo”, es por ello que debemos reflejarlo de la mejor manera posible e incentivar al mundo que estudien la Palabra de Dios, porque Jesús dijo: “…ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39).

Circuncisión y el Pueblo Hebreo

¿POR QUÉ LA IMPORTANCIA DE LA CIRCUNCISIÓN EN EL PUEBLO DE ISRAEL? ¿QUÉ ES LO QUE HABÍA PASADO UN PAR DE SIGLOS ANTES QUE HACÍA DE ESTE RITO ALGO TAN SIGNIFICATIVO?

Veamos un poco acerca de lo que llegó a significar dicho rito para el pueblo elegido por Dios. Voy a introducirme en el tema, queriendo que puedan comprender acerca del mismo, para lograr percepción más amplia del pasaje y nos pueda ayudar a entender, por lo menos en parte, la voluntad de Aquel que nos llamó “de las tinieblas a su luz admirable”.

Es interesante notar en los pasajes bíblicos que con la persona con la cual se introduce la circuncisión es Abraham, precisamente el PADRE de las naciones. Allí comienza un período especial en su vida. Si bien Abraham era ya adulto cuando el Señor lo llamó a dejar sus tierras e ir al lugar donde él le iba a indicar (Génesis 12), Dios en un momento de su vida (de la vida de Abraham) decide hacer un pacto con él. Sabemos que los pactos con Dios son muy especiales. Sabemos también que si bien Dios hace pacto con el ser humano, es el ser humano quien termina rechazando a Dios, la mayoría de las veces. Pero a pesar de ello, Dios es capaz de renovar el pacto por amor a nosotros.

Con Abraham Dios tenía una relación muy especial. Habló con el varias veces, mandó a sus ángeles y a Cristo mismo para que lo visitaran, y de esta manera pudieran comunicar sus pensamientos y decisiones, o sea, lo hacía partícipe del mismo. Es por ello que la circuncisión era algo tan importante para el pueblo hebreo, era un pacto de Dios con el hombre y del hombre con Dios.

Ellos tenían que realizarlo a los ocho días de haber nacido el varón y de esta manera mantenían el pacto vivo. Pero sin embargo, podemos saber por fuentes extra-bíblicas que la circuncisión se llevaba a cabo también en otros pueblos. Entonces, ¿en qué se diferenciaba de los demás? Según dichas fuentes ( Heródoto de Halicarnaso), que son bastantes fidedignas, podemos ver las prácticas de dicho rito en los madianitas (circuncisión en la pubertad), en los Egipcios (según se menciona son los iniciadores del mismo) , aunque otras fuentes hablan de los semitas nord-orientales como originadores; además, también podemos mencionar a los etíopes, colcos, y otros pueblos que también tenían dentro de sus prácticas la circuncisión y que la mayoría de ellos lo realizaba en aquellos niños que entraban a la pubertad.

Entonces, lo que hacía especial a este rito era el hecho de que el Rey del universo estaba involucrado en él y es por ello que Moisés debió poner en orden su casa antes de llegar a Egipto y poder llevar adelante la gran tarea que el Señor le encomendó.

viernes, noviembre 26, 2010

Contexto Histórico II

Ahora veamos un poco lo que nos hablan algunos comentadores sobre el contexto extra bíblico. Según lo datan la mayoría de los comentadores y estudiosos del tema, el éxodo del pueblo hebreo se tuvo que haber llevado adelante alrededor del s XVII o XVI.

Se dice que para esa época es muy probable que Egipto, años atrás, haya sido invadido por los hiksos o pueblos pastores semitas, que eran un pueblo primo hermano de los hebreos. También es posible que precisamente en ese entonces estaba gobernando la XV dinastía de faraones.

En estos puntos hay distintas posturas al respecto. Algunos alegan que el faraón gobernante en el momento del éxodo era Ramsés II, de la XIX dinastía faraónica. Otros hablan de Amenofis II que era de la dinastía XVIII. Sin embargo, no están seguros de datar a Ramsés II por el hecho que no encajaría en la cronología, aunque las posturas a favor también emparejan la situación, para ambos casos.

En Wikipedia podemos leer lo siguiente: “Amosis I, Tutmosis III o Amenhotep II de la Dinastía XVIII siglo XV a. C.—. Algunos, sin embargo, cuestionan las evidencias arqueológicas que sostienen la fecha del Éxodo y la fecha de la conquista de Canaán, pero los asentamientos conocidos más antiguos de israelitas no aparecen hasta c. 1230 a. C., después que los muros de Jericó fueran destruidos.” Si bien no podemos saber a ciencia exacta quien o quienes fueron el o los faraones que reinaron, la mayor evidencia tira más por el lado de Ramsés II, quien fue el encargado de realizar grandes construcciones para su reino.

Con respecto a los hicsos se dice que ellos invadieron Egipto y lo dominaron a lo largo de quinientos años y que es muy probable que ellos hayan estado presentes, o sea asentados, en el lugar cuando Israel y sus hijos llegaron allí. Aunque más bien ellos, los hicsos, gobernaron más que nada el Bajo Egipto. En cuanto al surgimiento de ellos Flavio Josefo en Contra Apión menciona:

“Durante el reinado de Tutimeos, la ira de Dios se abatió sobre nosotros; y de repente, de las regiones del Oriente una oscura raza de invasores se puso en marcha contra nuestro país, seguro de la victoria. Habiendo derrotado a los regidores del país, quemaron despiadadamente nuestras ciudades. Finalmente eligieron como rey a uno de ellos, de nombre Salitis, el cual situó su capital en Menfis, exigiendo tributos al Alto y Bajo Egipto...

Contexto Histórico I

Siempre que vayas a realizar una exégesis es muy importante tener en cuenta el contexto histórico del o los pasajes que tomás como referente. Ello te ayudará a ver qué es lo que quiso decir el autor al escribir el texto en cuestión; por otro lado, podrás ver con mayor profundidad el significado del mismo tanto para la persona o personas a las cuales escribió, como para nosotros hoy día y qué lecciones y enseñanzas podríamos rescatar para aplicarlas.

Avocándonos al texto de nuestro interés, quería que veamos un poco el contexto histórico del libro del Éxodo en primer lugar y luego en qué situación, lugar, etc. se encontraba Moisés al momento de sucedido el hecho.

Comencemos hablando de la situación en que se encontraban los hijos de Israel en la época antes del Éxodo. Ellos habían llegado a Egipto a instalarse porque José estaba allí gobernando, como segundo después del Faraón y además porque la tierra donde se encontraban estaba pasando por una situación complicada: el hambre; y los egipcios gracias a la sabiduría que José había recibido de Dios almacenó alimentos como para abastecer a la nación egipcia y a los que venían a querer comprar alimento. Habiendo pasado todo esa situación de paz y tranquilidad, asume un faraón que no conocía a José y que empezó a desconfiar de los israelitas debido a que empezaron a multiplicarse y ser de gran número. Es por ello que lo sometió a diferentes trabajos forzosos y a tratarlos de tal manera que los empezó a tener como esclavos.

En este contexto es que se lleva adelante el Éxodo y es cuando Dios llama a Moisés para que sea el líder que Él necesita para liberar a su pueblo (recordemos que era la descendencia de Abraham, con el cual Dios había hecho un pacto).

Mucho había en juego. Dios quería llevar adelante y cumplir el pacto que había hecho con Abraham, un par de siglos atrás. Y para ello necesitaba de alguien que enfrentara al faraón y pidiera al mismo que dejara libre al pueblo. No iba a ser fácil, porque gracias al trabajo de los israelitas, Egipto había crecido y se estaba fortaleciendo como nación. Todo este devenir encapsulaba el contexto de Moisés, de quien tenemos que recordar que años antes habría salido vivo luego de que el mismo faraón (que no era el mismo que reinaba cuando Moisés lo enfrentó para que liberara al pueblo) diera un decreto de muerte para todos aquellos niños que nacieran dentro del pueblo hebreo.

Diferentes escrituras, igual pensamiento

Pensando un poco en mi última entrada y después de ver algún que otro comentario sobre el texto, quise buscar, y encontré, como lo traducen algunas versiones a este mismo versículo. No voy a detenerme mucho en analizarlos sino más bien les transcribo lo que ellos dicen en cada una de las siguientes versiones:

Biblia Hebrea stuttgartense con vocales:

ויהי בדרך במלון ויפגשׂהו יהוה ויבקשׂ המיתו 24

ותקח צפרה צר ותכרת את ערלת בנה ותגע לרגליו ותאמר כי חתן דמים אתה לי 25

וירף ממנו אז אמרה חתן דמים למולת 26

Griego LXX:

24 εγενετο δε εν τη οδω εν τω καταλυματι συνηντησεν αυτω αγγελος κυριου και εζητει αυτον αποκτειναι

25 και λαβουσα σεπφωρα ψηφον περιετεμεν την ακροβυστιαν του υιου αυτης και προσεπεσεν προς τους ποδας και ειπεν εστη το αιμα της περιτομης του παιδιου μου

26 και απηλθεν απ' αυτου διοτι ειπεν εστη το αιμα της περιτομης του παιδιου μου

Neo vulgata latina:

24 Cumque esset in itinere, in deversorio, occurrit ei Dominus et volebat occidere eum.

25 Tulit ilico Sephora acutissimam petram et circumcidit praeputium filii sui; tetigitque pedes eius et ait: “Sponsus sanguinum tu mihi es”.

26 Et dimisit eum, postquam dixerat: “Sponsus sanguinum”, ob circumcisionem.

King James version:

24 And it came to pass by the way in the inn, that the LORD met him, and sought to kill him.

25 Then Zipporah took a sharp stone, and cut off the foreskin of her son, and cast [it] at his feet, and said, Surely a bloody husband [art] thou to me.

26 So he let him go: then she said, A bloody husband [thou art], because of the circumcision.

Biblia de Jerusalén:

24 Y sucedió que en el camino le salió al encuentro Yahveh en el lugar donde pasaba la noche y quiso darle muerte.

25 Tomó entonces Seforá un cuchillo de pedernal y, cortando el prepucio de su hijo, tocó los pies de Moisés, diciendo: «Tú eres para mí esposo de sangre.»

26 Y Yahveh le soltó; ella había dicho: «esposo de sangre», por la circuncisión.

Luther (1912):

24 Und als er unterwegs in der Herberge war, kam ihm der HERR entgegen und wollte ihn töten.

25 Da nahm Zippora einen Stein und beschnitt ihrem Sohn die Vorhaut und rührte ihm seine Füße an und sprach: Du bist mir ein Blutbräutigam.

26 Da ließ er von ihm ab. Sie sprach aber Blutbräutigam um der Beschneidung willen.

Dios habla hoy:

24 Durante el camino, en el lugar donde Moisés y su familia iban a pasar la noche, el Señor salió al encuentro de Moisés y quiso matarlo.

25 Entonces Séfora tomó un cuchillo de piedra y le cortó el prepucio a su hijo; luego, tocando con el prepucio del niño los pies de Moisés, le dijo: "En verdad, tú eres para mí un esposo de sangre."

26 Entonces el Señor dejó ir a Moisés. Y Séfora dijo que Moisés era un esposo de sangre debido a la circuncisión.